Porque no estás seco mi lágrima
no rodada por mi rostro.
Limpio de ausencias los acasos
y siento el llanto en mi costado.
Reservé de tu risa el instante,
las albricias, la mudez,
la evocación y la abstenia.
¿Lo estéril?, lo deseché.
Tomé todas las prendas
la corriente hizo lo propio
las aguas, su fluidez...
Tragaron la mezcolanza.
¡Hasta que te vuelva a ver!
No hay comentarios:
Publicar un comentario