Sueña, poetisa rodeada de los dormidos espejos

Sueña, poetisa rodeada de los dormidos espejos,

disuelve la húmeda roca con oníricos momentos

y aleja de tu presencia tal vez ecos de lamentos

que obligaron a tus ojos a mirar siempre a lo lejos.

Deja que lave tu cuerpo desnudo la lluvia fina

y brote de tus entrañas una tibia bruma espesa,

hazle un duelo a tu pasado y deja de ser posesa

de esa ansia mortecina y paralitica inquina.

Lánzate por los senderos que rodeando la ría

te llevan al mar profundo de aquella infancia gallega

y que su azul en tus ojos te devuelva la alegría.

Y retoma a aquella niña, o tal vez la jovenzuela

a quien miraban los mozos que iban a las verbenas,

soberbia, despampanante, siempre alegre y tan locuela.

( a la poetisa de SILENCIO y GRITA LA LLUVIA)