El caminante sobre el mar de nubes (Friedrich, 1818)
En la inmensidad de la noche un alma vaga al abrigo de la soledad,
en la tormenta el rastro deja la huella del desconocido
atormentado por el desencanto, herido de muerte,
lejos de la cognición, se oculta el delirio.
Vaga en cohorte como ánima errante en busca de la razón.
En el paraje yermo el terreno castiga sus pies dormidos por el frío
el horizonte tiene una luz pálida. La aurora de la esperanza.
Quizá mañana, entre la espesura, vea la luna de plata y su reflejo en el río.
¡ Maravilloso !
ResponderEliminarGracias anónimus...
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