En una tarde de agosto
después de dormir la siesta
entre yo en paraje angosto
con mucha gana de fiesta
Y allí en la cama de hierro
mi vientre entre tu espesura
empecé a sentirme perro
al verte toda dulzura
tus brazos que me acercaban
tus labios si me comías
y a mis oídos llegaban
tus trinos cuando gemías
Allí decidí rendirme
presa de tanta hermosura
y juré que antes de irme
tu perderías la cordura.
Te acaricié en cada poro
e hice presa en cada pliegue
hasta que perdí el decoro
y comenzó tu despegue.
Un amasijo de brazos
sudorosos y enredados
peleándose a manotazos
con vaivenes alocados
estaba próximo el cielo
cuando sentí tu alarido
y al fin inicié mi vuelo
descargando mi fluido
y aun recuerdo tu boca
muy apretada a la mía
jurando que estabas loca
y presa de alferecía.
Hoy dormí en la misma cama
y me ha llegado tu aroma
se ha vuelto a prender la llama
y necesito tu doma
Guauuuuuu!!!! Asucarrrrrr!!!
ResponderEliminar