No puedo dejar de agitarme
y sentir el abismo a mis pies.
Es blanco, no negro
al menos eso tengo.
La angustia me atenaza
asido los brazos. Me aprieta.
Se deforma. Y se va.
Vuelve el delirio y las ganas
y vuelta a empezar.
No puedo dejar de agitarme
y sentir el abismo a mis pies.